El 14 de marzo muchos padres de familia del municipio de Soledad (Atlántico) amanecieron preocupados. Tenían que asistir antes de las 11:00 de la mañana a los puestos de votación y rogar al cielo para que sus familiares, amigos y vecinos les cumplieran la promesa de votar por dos candidatos de Cambio Radical, José Francisco Herrera Acosta, al Senado, y su fórmula a la Cámara, Jaime Cervantes Varelo. Les habían dicho que si no respondían por los votos, sus hijos perderían el cupo en el colegio.

Estos y otros padres de familia beneficiarios de las ayudas son los más pobres de esta región. Sus hijos han logrado estudiar gracias a unas becas que otorga el Ministerio de Educación a través del programa de Primera Infancia (para niños y niñas entre los 0 y 5 años de edad), y de unos subsidios que asigna el Municipio de Soledad a través de los programas de educación preescolar, básica y media (que cubre a estudiantes desde jardín hasta bachillerato). Según datos del Ministerio, este año 3.241 niños serán atendidos en Soledad bajo la modalidad de primera infancia, mientras otros 20.626 estudiarán subsidiados en preescolar, primaria y secundaria. (Ver tablas de subsidios para educación pre basica media y subsidios de primera infancia )

Padres de familia de cinco colegios distintos, quienes pidieron anonimato pues temen retaliaciones contra sus hijos, dijeron a los periodistas de esta investigación, que días antes de las elecciones los reunieron en los colegios y les pidieron llenar unas planillas rotuladas con las frases “Juego Limpio” y “Siempre Contigo”. En ellas escribieron los nombres de los padres, los números de cédula, la dirección de residencia y los puestos de votación y la cantidad de los votos que ellos debían aportar por los dos candidatos.

“Dependiendo del número de hijos becados pedían cantidad de votos. A quienes tenemos hijos en primera infancia sólo nos pidieron tres votos por niño. A otros, les pidieron de a cinco, ocho o diez votos dependiendo del número de hijos. Ocho días antes de las elecciones, Cervantes y Herrera, en el San Juan Bosco, nos explicaron en unos tableros cómo votar. Después de esa reunión, tres días antes de las elecciones, nos visitaron de casa en casa para confirmar la gente, recoger y confirmar los datos de los votos que les íbamos a aportar”, aseguró a esta redacción un padre de familia.

Varios padres también dijeron que el día de las elecciones fueron a unos puestos de información no oficiales de los políticos en cuestión, donde les indicaban su puesto y mesa de votación. También les entregaron unas calcomanías con las iniciales del partido Cambio Radical y los números de los candidatos.